Responsabilidad Social

Responsabilidad

Social

Como miembros activos de una profesión que conlleva una responsabilidad social de carácter especial, nosotros como abogados debemos de estar comprometidos dentro de nuestra práctica cotidiana a:

  • asegurarse de que una representación legal adecuada sea proporcionada a aquellos menos favorecidos que no la pueden pagar;
  • promover por todos los medios a su alcance la justicia, la equidad y la ética al tomar decisiones o al actuar en representación de sus clientes;
  • contribuir al fortalecimiento y mejora cotidiana de las instituciones legales y aparatos de procuración de justicia; y
  • participar en actividades diseñadas para mejorar la profesión, incluyendo la colaboración en la preparación y educación continua de abogados jóvenes.

Es generalmente aceptada la gran responsabilidad y obligación social del abogado practicante de prestar servicios probono (latín de "por el bien público") a la comunidad, por lo que todo abogado, independientemente de su reputación, estatura profesional o carga de trabajo, tiene que encontrar el espacio necesario para servir a su sociedad y a los menos privilegiados mediante la prestación de servicios legales gratuitos.

Asimismo, la responsabilidad social de todo abogado deriva principalmente en la manera en que el abogado se conduce dentro de su ejercicio profesional diario. El abogado debe abstenerse de cualquier conducta que sea contraria a la adecuada administración de justicia, siempre actuando con respeto y dignidad hacia el sistema legal y hacia aquellos que lo sirvan, como son jueces, abogados colegas y servidores públicos, y siempre procurando preservar el estado de derecho.

Todo abogado tiene la obligación de contribuir en la mejora del sistema legal en el que desarrolla su profesión. Los abogados debieran jugar un papel fundamental en el proceso continuo de mejora y perfeccionamiento de la ley y de las instituciones legales, en virtud de que son precisamente quienes, por su experiencia y educación, están mejor capacitados para reconocer e identificar deficiencias en el sistema e iniciar las acciones correctivas correspondientes.

Tales acciones deben incluir, entre otras, el promover cambios a leyes que no son justas, entendibles o que no responden a las necesidades de la comunidad a la que se aplican, el promover cambios legales necesarios para mejorar o avanzar nuestro sistema y el proponer cambios legales, procedimentales o al sistema legal que sean de interés público.

Por último, existen muchas maneras en las cuales los abogados pueden contribuir al mejoramiento de la profesión, como lo son la participación activa en barras y asociaciones, la participación en grupos o comisiones relacionadas con aspectos de la administración de justicia, y dando pláticas o escribiendo en revistas especializadas que propongan reformas y critiquen constructivamente a la profesión y al sistema legal existente. Asimismo, para mantener la integridad y calidad de la profesión y para proteger a los clientes de alguna representación incompetente o en contra de la ética, la sociedad espera de los abogados con más experiencia, ayuda efectiva y constante en la educación de abogados jóvenes, así como en su preparación para la práctica profesional.

Si los abogados aplicáramos en nuestro actuar cotidiano todos los principios antes mencionados, nos convertiríamos en una palanca importantísima para impulsar de manera rápida el estado de derecho en México, y así convertirnos en una sociedad más justa, equitativa y responsable.

Es por ello que en JC estamos comprometidos social y responsablemente con estos principios y por ello ponemos a la disposición de la sociedad civil nuestro servicio.